martes, 11 de diciembre de 2012

EL CIRCULO VICIOSO DEL MIEDO


Todos tenemos miedos que han sido creados por la familia, por su sistema de valores y experiencias de vida. El problema surge cuando, a través de las pruebas que encontramos en nuestra vida diaria,  nos demostrarnos que nuestros temores son razonables y prácticos: nos encontramos, en contra de nuestra voluntad, atrapados en una espiral descendente de la que ya no podemos salir!

¿Cómo es posible esto?

¿Porque las experiencias que vivimos parecen dar la razón a nuestros "demonios" internos?

¿Es que hacemos bien bien en tener miedo?


El mecanismo de este engranaje perverso siempre es el mismo:

Pasa algo que hace desatar el miedo (evento de activación) que alguien podría pensar que tenemos un grave defecto / debilidad (expectativas negativas) y,  para evitarlo, el cuerpo se prepara para una emergencia y activa todos los síntomas físicos característicos del ansiedad (sudoración, taquicardia, náuseas, palidez ...).
La reacción ansiosa que nos hace actuar, a menudo inconsciente, tiene como objeto prevenir el acontecimiento temido (fallo de funcionamiento). Desafortunadamente, sin embargo, por lo general adoptamos comportamientos que sólo sirven para confirmar nuestros peores temores ( profecía autocumplida)!
Cuando nos damos cuenta de que no hemos evitado lo que temíamos empezamos a percibir sentimientos desagradables: la culpa, la vergüenza, la vergüenza por no estar a la altura, etc. Como resultado de ello, comenzamos a tener pensamientos negativos y disfuncionales que nos llevan a creer que somos incapaces de hacer cualquier cosa (caída de la autoestima).
Encontramos una forma de mitigar este sentimiento negativo, este malestar y sufrimiento emocional: pensamos que a menudo la solución es escapar del dolor psicológico, lo cual nos conduce a conductas autodestructivas (comer sin restricción, aislamiento, juegos de azar, el beber demasiado).


Con el comportamiento auto-destructivo, sin embargo, aunque consigamos temporalmente un efecto anestésico, no logramos entender la motivación del mismo y no encontramos una solución a nuestro problema. De hecho, nos lleva de nuevo al punto de partida, y la rueda del ciclo vicioso comienza otra vez.

Para salir de ese círculo vicioso hay que entender lo que desencadena.

Si, por ejemplo, creemos que nuestro problema es la adicción a la nicotina, intentaremos buscar la manera de dejar de fumar.Pero incluso si lo conseguimos durante un tiempo, nos podría pasar que en el futuro volvamos afumar para eludir la desagradable sensación de algún sentimiento .... ¿cuál?

¿Cuál es el defecto o la inseguridad que no quiero que los demás vean en mi?

¿Cuál es el miedo que provoca el círculo vicioso?

Sólo cuando se comprende el temor subyacente, conseguiremos dejar de fumar o comer en exceso o beber ... porque seremos capaces de detener el círculo vicioso de nuestrp miedo.

El momento adecuado para dejar de lado el miedo no existe, así que empieza ahora, estés donde estés y hagas lo que hagas.

LA HONESTIDAD MEJORA LA SALUD




La honestidad siempre paga. Incluso en términos de salud física y mental

Para los estudiosos de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.) que, en un estudio presentado en la convención anual de la Asociación Americana de Psicología, explicó que un número menor de mentiras se corresponde a un estado mejor de la salud psicológica y física

El estudio, dirigido por Anita Kelly, ha involucrado a 110 personas (34% adultos y 66% de los estudiantes universitarios) de edades comprendidas entre 18 y 71 años (edad media 31). Fueron divididos en dos grupos: el primero había sido instruidos para evitar de mentir - según estudios los estadounidenses dicen 11 mentiras a la semana, casi dos al día - mientras que el segundo se utiliza como grupo de control, no se hizo ninguna recomendación. El experimento duró 10 semanas, durante las cuales los miembros de ambos grupos tenían que informar a los estudiosos sobre el número de mentiras - grandes y pequeñas - dichas e informar sobre su estado de bienestar físico y mental. 
Los resultados obtenidos mostraron que a la disminución de las mentiras dichas se corresponde una disminución de enfermedades psicológicas - tales como tensión y melancolía - y físicas - como dolor de cabeza y dolor de garganta - y que, en cambio, el uso de mentiras siempre correspondía  a una acentuación de malestares de vario tipo. 
Además, los que recibieron la indicación de no mentir notaron que, a raíz de este cambio, sus relaciones personales habían mejorado y que, en general, las interacciones sociales parecían más fáciles.

viernes, 7 de diciembre de 2012

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jueves, 29 de noviembre de 2012

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lunes, 12 de noviembre de 2012

MEJORAR NUESTRA AUTOESTIMA



Son muchas las personas que nos manifiestan que uno de los objetivos de la terapia que inician con nosotras es mejorar su autoestima. Pero, ¿qué es en realidad la autoestima y como podemos empezar a mejorarla?

La autoestima es un concepto ampliamente estudiado desde la psicología. Una definición sencilla seria que es "el resultado de la opinión que una persona tiene de si misma: de su apariencia física,  de sus aptitudes y de sus éxitos profesionales y personales (...)" (Poletti y Dobbs, 2010). Sin duda la autoestima es una de las claves de la felicidad y las personas con buena autoestima son más capaces de aceptarse, de controlar sus emociones, de relacionarse adecuadamente y de hacer frente a los conflictos. 
La autoestima es frágil y es el resultado de nuestras vivencias, pero por suerte nuestra autoestima se puede mejorar.  

La infancia y la adolescencia son etapas especialmente importantes para la construcción de una buena autoestima. Es por ese motivo que debemos ser cuidadosos si formamos parte del entorno de niños y adolescentes. Trasmitir mensajes positivos, poner limites de forma adecuada, dotar de una estructura de normas, no sobreproteger, no optar por la crítica y albergar expectativas realistas acerca del menor o del adolescente son entre otras  algunas de las actitudes que ayudan a la construcción de autoestima saludable. 

Medir mi autoestima:

Podemos valorar y medir la autoestima como la diferencia que existe entre los que soy y lo que me gustaría ser, es decir, la distancia entre mi yo real y mi yo ideal. En esta linea os proponemos un ejercicio; intentar cuantificar esta distancia. Para ello utilizaremos un recurso propuesto por Moreno, P (2002).

Diferenciemos y valoremos cada una de las áreas del Yo:

Yo - Físico (atractivo, salud física, capacidad sexual, ...)
Yo - Emocional (estabilidad emocional, salud mental, tolerancia a la frustración, ...)
Yo - Intelectual (inteligencia, capacidad de aprendizaje y de adaptación, intereses culturales, ...)
Yo - Como hijo.
Yo - Como padre
Yo - Como amigo.

Ahora intentemos reflexionar e identificar los defectos y virtudes de cada una de estas áreas. Se trata de hacer una lista y contar el número de defectos y de virtudes. De esta forma podemos tener una primera aproximación de en que áreas esta sufriendo más nuestra autoestima y concretar más cual debe ser nuestra zona de trabajo. 

Actuar y mejorar mi autoestima

Una vez identificadas la áreas a mejorar debemos proponernos un objetivo al día concreto y realista para mejorar esta puntuación y acortar distancia con nuestro yo ideal. Es importante no dejarlo para mañana. Los investigadores encontrado una significativa relación entre procrastinación (postergar) y la vivencia del individuo como un ser poco capacitado.

Existen algunas claves que pueden ayudarnos a no postergar continuamente (Dyer, W 2008):

  • Escribe un contrato contigo mismo sobre el objetivo.
  • Planifica tu semana de manera realista dando un espacio de 15 minutos al día a trabajar el tema que te has propuesto.
  • Prémiate cuando cumplas.
  • Realiza actividades creativas y aumenta tu actividad física.
  • Busca aliados en tus objetivos con los que te comprometas en la realización de los mismo.
  • Escoge cambiar.



Cuidado con los automensajes que nos boicotean:

Una buena o mala autoestima esta muy relacionada con el discurso que tenemos con nosotros mismo. A menudo la persona con baja autoestima es excesivamente crítica y se envía automensajes que lejos de ayudarle, la boicotean. Intentemos desarticularlos, escribiéndolos y buscando evidencias en nuestras experiencias vitales de los contrario. Sí detectamos frases que empiezan por debería cambiémoslas por otra que empiece por elijo y/o decido

Explorando mi área ciega: 

No hay nada mejor para la autoestima que descubrir que es lo que les gusta de mi a la gente que me rodea. Preguntar directamente sobre ello puede ayudarnos a detectar virtudes y capacidades que pueden haber pasado desapercibidas para nosotros. 

viernes, 9 de noviembre de 2012

TRASTORNO POR ESTRÉS POST-TRAUMÁTICO



Desde APP queremos expresar nuestro pésame a las familias de las cuatro jóvenes fallecidas en trágica fiesta de Halloween el 1 de Noviembre en Madrid y transmitir nuestro afecto a los heridos y supervivientes que durante la avalancha humana vivieron una experiencia altamente traumática. 


Por ese motivo, hemos decidido escribir este artículo en el hacemos una pequeña aproximación al trastorno por estrés post-raumático y en el que los supervivientes de catástrofes, accidentes o agresiones pueden sentirse identificados.



El estrés post-traumático es un conjunto de síntomas derivados de la vivencia (directa o testimonial) de una situación en la que el sujeto ha sido agredido físicamente o ha visto en peligro su vida o la de otra persona. Durante la vivencia de experiencias traumáticas se experimenta miedo intenso, horror o/y indefensión y como consecuencia puede desarrollarse este trastorno.

El trastorno por estrés post traumático se caracteriza por los siguientes síntomas:

  1. La experiencia traumática es revivida intensa y frecuentemente por el sujeto en forma de recuerdos, imágenes y pesadillas involuntarias. El superviviente recuerda en contra de su voluntad todo tipo de detalles; olores, sensaciones corporales, colores, etc. 
  2. El superviviente tiende a evitar lugares o actividades asociados a la experiencia traumática, así como hablar acerca de lo sucedido. 
  3. El sujeto presenta dificultades de concentración, irritabilidad, alteración de sueño, sensación de descontrol respecto a su futuro, sentimientos de tristeza, culpa, miedo intenso, percepción de un mundo altamente peligroso y reacciones de ansiedad ante determinados estímulos.


La duración mínima de los síntomas anteriormente descritos debe ser de un mes. En función de la duración de estos síntomas se diferencian tres subtipos; Agudo, crónico y de inicio moderado. 
En la mayoría de los casos los síntomas aparecen durante los tres primeros meses tras la experiencia traumática, sin embargo entre el 30% - 50% de los casos presentan un inicio tardío, pudiendo pasar años hasta que el trastorno se manifieste. 

Las personas que han experimentado un trauma tienen más posibilidades de sufrir depresión y ataques de pánico al exponerse a situaciones que el sujeto pueda relacionar con la experiencia traumática.  

Los estudios científicos acerca del desarrollo y mantenimiento del trastorno por estrés postraumático identifican como elemento de protección de las victimas la existencia de una la red de apoyo familiar-social fuerte y mantenida en el tiempo y los rasgo de personalidad propios (Echeburúa, E 2005). El acompañamiento de la familia y amigos se convierte en algo esencial, así como los recursos personales de las victimas para afrontar situaciones adversas. 
Son especialmente vulnerables los niños, los adolescentes y los ancianos. 

A continuación describimos algunas recomendaciones para el acompañamiento emocional en las primeras fases de una persona que ha sufrido una experiencia traumática:
  • Proporcionar información sobre lo sucedido a demanda. No proporcionar detalles escabrosos y limitar la exposición de imágenes o escenarios relacionados con el trauma.
  • Facilitar el acceso a ceremonias y rituales de duelo que se desarrollen sobre la tragedia. 
  • Facilitar el acceso a los profesionales de la Salud Mental.
  • Facilitar el llanto y un espacio intimo para la expresión de las emociones (sin atosigar, respetando los tiempos de cada persona).
  • Ayudar a identificar los síntomas psico-emocionales derivados de la vivencia traumática.
  • Empatizar y escuchar activamente al superviviente.
  • Evitar el aislamiento de forma respetuosa, ofrecer apoyo incondicional y mantenerlo en el tiempo.
  • No actuar como si nada hubiera sucedido, pero facilitar en la medida de lo posible  la vuelta a la rutina diaria. 


Desde de la psicología existen tratamientos específicos para abordar el trastorno por estrés post traumático.

Algunos de los que han demostrado su eficacia son:
  • EMDR: Se trata de un método psicoterapéutico desarrollado para reducir la sintomatologia derivada de situaciones traumáticas. (Más información en: http://www.emdr-es.org)
  • Psicoeducación: Entender por parte del superviviente los mecanismos y los síntomas derivados de una experiencia traumática.
  • Técnicas cognitivo-conductuales: entre ellas el entrenamiento en relajación, la exposición controlada a las situaciones temidas y evitadas, abordaje de la culpabilidad, de los pensamientos catastróficos, de la vivencia de indefensión y descontrol emocional, etc. 
  • Grupos de apoyo mutuo: El trabajo en escenario de grupo, disminuye la vivencia de soledad y facilita la interacción social. Siendo un tratamiento complementario muy recomendable. 



Finalmente despedirnos con un fuerte abrazo a todos aquellos que han sufrido experiencias traumáticas y recordarles que es posible pasar de víctima a superviviente.

El Equipo de APP

miércoles, 7 de noviembre de 2012

MEJORAR LAS HABILIDADES SOCIALES Y LA ASERTIVIDAD.



Muchas personas tienen dificultades a la hora de relacionarse con otras. Especialmente cuando se trata de expresar emociones de forma apropiada, rechazar peticiones de los demás y pedir información o ayuda.
Estas dificultades pueden condicionar nuestras relaciones sociales, conduciendo, a menudo a ansiedad social, sentimientos de inutilidad, autolimitación o evitación de situaciones, relaciones interpersonales tóxicas y en algunos casos depresión y ansiedad clínica.

Sin embargo no todas las personas que quieren mejorar sus habilidades sociales responden a las dificultades anteriormente descritas y simplemente quieren saber cómo relacionarse mejor y de forma práctica con su entorno (por ejemplo en una exposición en público o en una entrevista de trabajo). Para todos ellos es muy útil tanto el coaching grupal como el individual de entrenamiento en habilidades sociales y asertividad.

Primeramente, intentemos entender que es ser asertivo y tener buenas habilidades sociales. Las personas asertivas y en consecuencia con buenas habilidades sociales son capaces de actuar de acuerdo con sus intereses más importantes, defenderse sin ansiedad y expresarse honestamente sin negar los derechos de los demás (Alberti y Emmons). En esta línea podemos identificar tres tipos de personas: El pasivo, el agresivo y el asertivo.

Las personas pasivas se comunican y se relacionan con los demás de la siguiente forma: Utilizan un tono de voz bajo, tienen poca fluidez verbal, tartamudean, establecen poco contacto ocular. Siente inseguridad a la hora de saber que decir o que hacer. Tienden a quejarse (a menudo internamente) del comportamiento de los otros. Sus pensamientos suelen ser del tipo; hay que sacrificarse, el otro es muy importante y es necesario ser aceptado y querido por todo el mundo para ser feliz.  La persona pasiva tiene sentimientos intensos de rabia, pudiendo explotar en determinados momentos, baja autoestima, culpabilidad e impotencia.

Respecto a la persona agresiva, utiliza un tono de voz alto, tiene un discurso precipitado y contundente, interrumpe al otro con frecuencia, puede utilizar amenazas e insultos  y suele pensar que hay que poner límites a los demás o sino "te toman el pelo". Sus sentimientos respecto al otro son de irritabilidad, falta de control e incomprensión y soledad.

Este tipo de conductas (pasiva y agresiva) pueden provocar en los escenarios sociales bloqueo, ansiedad, conductas hostiles o sobreadaptación (hacer lo que creemos que el otro quiere de nosotros).

La persona asertiva, por el contrario, se comunicará de manera fluida, mantendrá la mirada pero no de forma desafiante, será capaz de expresar emociones positivas y negativas al otro, hablará de si mismo cuando sea necesario, reconocerá sus limitaciones y será capaz de decir "no" y pedir ayuda y/o clarificaciones. En consecuencia tendrá una buena autoestima, será capaz de argumentar sus opiniones y será respetuoso con las opiniones de los demás.

 Algunas de las recomendaciones para mejorar nuestras habilidades sociales son:

  • Hacer peticiones, en lugar de expresar quejas
  • Hacer preguntas, no acusar al otro
  • Hablar de lo que hace el otro, no de lo que es el otro
  • No poner dentro del saco (no expresar la disconformidad en ese momento y en una discusión posterior sacar el tema)
  • Que exista coherencia entre los que decimos y como lo decimos
  • Ser empático
  • Planificar el mensaje a trasmitir
  • Expresar lo que nos gusta del otro y aceptar y agradecer los cumplidos.


Si queremos tener una primera idea de cuál es nuestro nivel de asertividad podemos realizar el siguiente cuestionario :www.psicoactiva.com/tests/asertividad.htm

En APP, en formato de grupo o individual, trabajamos y ponemos en práctica técnicas para mejorar las habilidades sociales y la asertividad una vez hemos identificados los puntos débiles de cada uno de los participantes, es decir, una vez sabemos  que situaciones concretas requieren mejorar nuestra asertividad.

Algunas de las técnicas que utilizamos son:
  • Ensayo de la conducta a mejorar mediante rols playing.
  • Modelado y rol fijo (búsqueda y representación de un modelo de persona asertiva).
  • Tareas para casa.
  • Trabajar el autoconcepto y autoconocimiento
  • Aprender y practicar nuevas formulas comunicativas.


Sin ninguna duda, mejorar nuestras habilidades sociales nos permitirá vivir más satisfactoria y equilibradamente las relaciones con los demás (ni con sentimientos de inferioridad, ni de superioridad) y nos facilitará la consecución de nuestros objetivos


martes, 6 de noviembre de 2012

HABILIDADES SOCIALES




En APP este es el mes de las HABILIDADES SOCIALES.

Empieza un nuevo ciclo de Terapia de Grupo con este tema.

Contáctanos y te informaremos!

viernes, 5 de octubre de 2012

TERAPIA DE PAREJA ¿Cuándo es útil?


La pareja tiene su fundamento en el "pacto implícito de pareja", que es un conjunto de expectativas y necesidades que cada miembro tiene respecto al otro.

El colapso de este pacto implícito puede producirse en situaciones concretas del ciclo de vida de la pareja: nacimiento de un hijo, independización de un hijo, muertes, cambios, eventos traumáticos, périda de trabajo, etc. Dichas situaciones provocan cambios en el equilibrio de la pareja con un fuerte impacto.

Cada pareja tiene sus propios recursos para superar esta crisis, y para encontrar un nuevo equilibrio con la capacidad de definir un nuevo pacto implícito. Algunas parejas, sin embargo, no activan estos recursos o no las utiliza para reconstruir un equilibrio funcional. En estos casos el colapso del pacto implícito puede convertirse en una crisis profunda y crónica de la pareja que puede necesitar de la ayuda de un profesional.

La psicoterapia sistémico-relacional resulta ser una de las intervenciones más eficaces, puesto que no se centra solamente en uno de los miembros, sino en  su relación. La psicoterapia permite desbloquear y activar los recursos de la pareja, con el objetivo de redefinir con la pareja un nuevo pacto implícito, dando lugar a un equilibrio más funcional.

¿Cuándo es útil para la terapia de pareja?:

- Cuando las parejas presentan cierta "fragilidad" debido a su historia personal;
- Cuando hay conflictos no resueltos y/o problemas graves en la comunicación;
- Cuando hay problemas en la esfera sexual (trastornos sexuales, infidelidades frecuentes, etc);
- Cuando uno de los miembros tiene un trastorno psicológico o psiquiátrico (depresión, ataques de pánico, etc.)

miércoles, 23 de mayo de 2012

UNA AYUDA PARA PAPÁ Y MAMÁ


       


           ESCUELA DE PADRES

PONER LIMITES: UNA FORMA DE DAR AMOR Y EDUCAR A NIÑOS SANOS Y RESPONSABLES     
Poner límites es dar seguridad y fomenta la adquisición de habilidades sociales eficaces.                                                   
                                                               


                
                                                               

SER UNA MAMÁ FELIZ: MI BIENESTAR SERÁ UN ACTO DE AMOR PARA MI HIJO
Grupo terapéutico de madres que necesitan un apoyo para superar sus dificultades y quieren aprender a disfrutar de su bebé.

                         
                     


Grupos abiertos, mínimo 5 personas.
Sesiones semanales de 1 hora y media. 
Para más informaciones y reserva de plaza, contactar con 
Sonja Sampaolesi T/608.236.042
 info@serviciosapp.com  www.serviciosapp.com
c/Betran, 2 08023 Barcelona



En APP Atención Psicológica y Psicoterapéutica disponemos de más servicios: Terapia Individual, de Pareja, Familiar y de Grupo. Ciclos de Talleres temáticos. ¡Infórmate!

martes, 22 de mayo de 2012

¿Cómo percibimos el mundo?




Una exploración de la mente y los sentidos 
Cosmo Caixa Barcelona
Miércoles día 23 de mayo 
www.agendacentrosobrasociallacaixa.es

viernes, 18 de mayo de 2012

Duelo Normal y Duelo Complicado: ¿cómo reconocerlos?


El duelo es un proceso en parte natural, como la muerte misma, y ​​en parte es el resultado de una necesidad evolutiva que nos "obliga" a romper los vínculos con las personas importantes para nosotros.

La pérdida de una persona con la que teníamos una estrecha relación de afecto, es un reto muy difícil para nuestra adaptación como seres humanos. En general, nuestra respuesta a esta separación definitiva está representada por un conjunto de reacciones que se denominan  estrés por separación: el llanto, ciertos trastornos de conducta, la añoranza de un ser querido, ansiedad, insomnio, pérdida de apetito, tensión muscular, en algunos casos incluyen falta de respiración, taquicardia, trastornos digestivos, etc.
Aunque estos síntomas ponen a dura prueba nuestro equilibrio, así como nuestro bienestar, lo que hace aún más complicado el proceso de duelo es que los seres humanos tienden a buscar un significado en el fenómeno de la muerte. Así que la muerte se convierte, no sólo en un hecho puramente biológico al que debemos someternos, sino también en un catalizador para la construcción de nuevas significados.
El ser humano tiene la tendencia a organizar sus experiencias de forma "narrativa", es decir, construye explicaciones que pueden dar sentido a las transiciones problemáticas de nuestra vida. En el caso de la muerte, tratamos de darnos una explicación de esta pérdida que pueda ser compatible con nuestro sistema de creencias y pueda mantener un sentido de continuidad con la persona desaparecida. Sin embargo, la muerte pone a dura prueba nuestra capacidad de construir una narrativa coherente. 
Sin lugar a dudas, la tarea más difícil es ganar una nueva perspectiva sobre nuestro punto de vista que integre la pérdida de un ser querido con la realidad de un mundo que será diferente para nosotros.
Empezará, pues, un proceso en algunos casos largo y doloroso, que termina con la confirmación o la destrucción y la reconstrucción de nuestros patrones de pensamiento. 

Dichos patrones no se refieren solamente a nuestra comprensión del mundo, de la vida y las relaciones, sino que también incluye la idea que tenemos de nosotros mismos. La pérdida de un ser querido, conlleva no sólo la falta de un afecto, sino también de un "testigo" íntimo de nuestro pasado (parejas, padres, hermanos, abuelos, amigos), que puede llegar a debilitar profundamente nuestra auto-definición. Lo mismo sucede en caso de pérdida de un hijo, es decir un "testigo de nuestro futuro”. La percepción es que, además de la pérdida de un amor, hay también la pérdida de un papel. De repente tenemos que encontrar un lugar nuevo que ocupar en nuestro mundo, con un nuevo significado.
Otras complicaciones se producen en  caso de muertes traumáticas que alteren el "orden natural" (muerte de niños, jóvenes, suicidio, homicidio). Lo que hace aún más difícil la re-adaptación del sobreviviente son los recuerdos relacionados con el episodio de la muerte, que adoptan la forma de imágenes, sensaciones y emociones disociadas y fragmentadas. El resultado es una cierta susceptibilidad a los recuerdos intrusivos que se alternan a la evitación de los mimos, que pueden durar incluso años y nos resulta difícil integrarlos en la narrativa consciente de de nuestras vidas. Es también posible que esta experiencia traumática destruya permanentemente  nuestro sentido de seguridad, de predicción, de confianza y el optimismo.

Un DUELO NORMAL es un proceso que generalmente pasa por tres etapas:
  1. Evitación: como una reacción a la dificultad de asimilar la idea de la pérdida de un ser querido. Se manifiesta con síntomas físicos como dolor, entumecimiento o mareo, sensación de disociación con respecto al contexto, etc.
  2. Aceptación: aparece poco a poco, después de muchos días de la muerte, cuando la persona comienza a darse cuenta de que a partir de ahora tendrá que vivir sin la presencia del ser amado. Sobre todo al principio, esta toma de consciencia convive con momentos de negación en los que se "olvida" que esa persona ya no está viva. Aquí es donde nos parece ver a nuestra querida por la calle o, si suena el teléfono, creemos que es él / ella. En esta fase pueden aparecer emociones como la tristeza (con un real cuadro depresivo), la culpa (de lo que podríamos haber hecho mientras él estaba vivo, por las cosas malas que hicimos, por lo que podíamos hacer para salvarla); ira (hacia aquellos que causaron la muerte, que para algunos será Dios, la naturaleza, los médicos, etc.) hasta llegar a sentir un verdadero sentimiento de injusticia (en los casos de muerte violenta o negligencia).
  3.  Acomodación: a medida que la persona recupera el equilibrio y se relaciona mejor con sus emociones, comienza a ver las cosas desde otro punto de vista. En esta etapa el individuo trata de hacer frente al cambio que implica el nuevo sistema de creencias. 
La duración de cada una de estas fases, así como la del proceso de duelo en general, es muy personal. Cada uno de nosotros puede tardar más o menos tiempo y, aunque la sociedad a menudo parece no aceptar demasiado tiempo, tenemos que darnos todo el espacio necesario para procesar una pérdida.Sin embargo, es importante distinguir un DUELO NORMAL de un DUELO COMPLICADO, puesto que el segundo caso (con mayor urgencia que en el primero) requiere la intervención de un profesional que ayude y acompañe a la persona en este difícil camino. De no ser así, podría convertirse en un estado de malestar crónico.

DUELO COMPLICADO
En los casos de duelo complicado el sentido que la persona da a su vida, sin la persona fallecida, se ve tan comprometido que no se puede integrar y procesar la pérdida y seguir adelante. En estos casos, la muerte de un ser querido no sólo es profundamente triste, sino que también llega a perturbar el sentido de quiénes somos, de nuestros proyectos y nuestra relación con el mundo.

¿Cómo reconocerlo?
  • Pensamientos intrusivos sobre el difunto               
  • Sentimientos de añoanza de un ser querido           
  • Búsqueda de la persona fallecida                                 
  • Soledad excesiva desde la muerte(Estos 4 síntomas por lo menos durante 6 meses)
  • Falta de objetivos, sensación de inutilidad respecto al futuro
  • Sensación de desapego o ausencia de reacciones emocionales
  • Dificultad en el reconocimiento de la muerte (incredulidad)
  • Sentir que la vida no tiene sentido
  • Sensación de que, con esa persona, murió una parte de nosotros
  • Visión derrotista del mundo (sensación de pérdida del control, confianza y seguridad)
  • Hacer propios los síntomas o la conducta destructiva de la persona fallecida
  • Irritabilidad excesiva, amargura o angustia relacionadas con la muerte

En general, la falta de un apoyo en los casos en que la persona lo necesita, puede causar problemas significativos en áreas importantes como las sociales, ocupacionales, y otras esferas del funcionamiento del individuo. Por esta razón es importante buscar ayuda y una guía en un momento tan difícil en nuestra vida, en el cual no tenemos todos los recursos con los que podíamos contar antes para hacer frente a las dificultades. Una ayuda importante nos podrá llegar de nuestra red social (familia, amigos, comunidad) y de profesionales como los psicólogos, que nos acompañarán en un proceso terapéutico trabajando juntos para elaborar el duelo.

jueves, 17 de mayo de 2012

Timidez o Trastorno de Personalidad por Evitación (TPE)?


¿Que es el TPE?


Todas las personalidades, incluso las personalidades evitantes, se caracterizan por rasgos específicos que representan la manera constante en que la persona percibe, piensa y se relaciona consigo mismo y con el ambiente. Cuando estos rasgos de personalidad son rígidos y desadaptativos, causando un sufrimiento significativo para la persona, pueden convertirse en un problema y se puede diagnosticar un Trastorno de Personalidad por Evitación.
La personalidad evitante se caracteriza por síntomas ansiosos, stress, agitación o síntomas depresivos, relacionados con la posibilidad de encontrarse en situaciones sociales en las cuales la persona se puede sentir juzgada (estamos hablando de una percepción subjetiva).

Los síntomas principales del TPE son:
  • inhibición social,
  • susceptibilidad,
  • sensación de inadecuadez
  • miedo al juicio y a la comparación,
  • miedo a la crítica,
  • complejo de inferioridad,
  • dificultad para relacionarse por miedo e incomodidad acompañado, sin embargo, por el deseo de relacionarse, 
  • dificultad para cubrir cargos de responsabilidad, etc.

Es un trastorno bastante común y a menudo asociado a una personalidad dependiente.
Este trastorno tiene una base ansiosa que puede llevar a la persona a desarrollar síntomas típicos del ansia, como ataques de pánico, agorafobia, fobia social y fobias especificas.

sábado, 12 de mayo de 2012

¿Cómo funciona una psicoterapia? ¿Qué hace un psicoterapeuta?


Hay muchas maneras de trabajar, pues depende de la orientación del terapeuta y, por supuesto, de su estilo absolutamente personal puesto que cada persona es un mundo, y eso vale tanto para los pacientes como para los terapeutas.
Con esta premisa os explicaremos cómo trabajamos nosotras, para que tengáis en cuenta que pueden haber pequeñas diferencias. 
En la primera sesión se recoge toda la información acerca de la persona y del motivo que la trae a terapia, lo que el paciente definiría comúnmente problema.
Entre el cliente y el terapeuta se establecerán unos objetivos a cumplir en terapia. Los objetivos pueden ser muchos en una misma terapia y cada paciente tiene necesidades diferentes. El paciente expresa cuál es su malestar y qué necesitaría para sentirse mejor y el terapeuta valorará si son objetivos realísticos y propondrán lo que considere oportunos. En general todo el trabajo terapéutico es una continua negociación de retos y objetivos  entre paciente y psicólogo.

Algunos ejemplos de demandas terapéuticas: “solucionar mis problemas de pareja”; “cambiar de trabajo”; “aprender a vivir con las decisiones que tomo”;”estar más tranquila/o”; ”poner orden en mi vida”; “quitarme las angustias”; “vivir el presente”, “elaborar un duelo; “independizarme”; “superar un maltrato sufrido”; “cambiar algunos aspectos de mi carácter”; “superar la timidez”; “ser más asertiva/o”; "educar a los hijos";etc.
Pero en general el objetivo a largo plazo de cualquier paciente y en cualquier terapia, independientemente del enfoque y del terapeuta, es el bienestar de la persona.

Si la terapia tiene éxito la persona tendrá los recursos suficientes para que ella, por si misma, pueda manejar sus dificultades.
La frecuencia de las sesiones (que duran una hora) puede variar.
La terapia puede ser Individual, de Pareja, Familiar o de Grupo, según las necesidades del/los paciente/s y las recomendaciones del terapeuta.
En algunos casos,  siempre y cuando paciente y terapeuta estén de acuerdo, se pueden combinar sesiones de terapia individual con las de pareja o de familia o bien se pida la participación (con la presencia física o con cartas, etc.) de la pareja o de algún familiar. Otras veces se pueden alternar sesiones individuales a las de terapia grupal.
Es muy habitual pedir al cliente que realice tareas fuera de la hora de terapia, (escritos, actividades, reflexiones, etc.) que serán muy útiles y ayudarán a conseguir los cambios deseados. Estas tareas  serán siempre acordadas con el cliente, nunca impuestas.

Nuestra orientación es de tipo constructivista, conductual, cognitiva y sistémico-relacional (conocida como familiar), pero en general solemos adaptar las técnicas psicológicas a las necesidades y características de cada cliente. Tratamos de abordar cada caso de una forma muy personal, haciendo que nuestras herramientas profesionales nos permitan ajustarnos al paciente, y no al revés. Lo más importante, en cualquier caso, es trabajar desde una relación terapéutica basada en la comprensión, calidez y confidencialidad.

viernes, 11 de mayo de 2012

¿Cuándo hay que acudir a un psicólogo?


Cuando...
Tienes problemas para relacionarte , o no logras mantener tus relaciones y te sientes solo.
Te obsesionas con una idea y tu sentir y tu pensar se convierte en algo doloroso
Tu imagen de lo que te gustaría ser es muy diferente de lo que sientes que eres, provocándote falta de autoestima e inseguridad.
Estás viviendo un proceso de duelo por haber perdido a un ser querido o por la separación de una persona, lugar, trabajo, etc.
Te sientes paralizado por miedos que no te permiten alcanzar tus deseos.
No te sientes satisfecho con tu relación de pareja debido a la falta de comunicación, afectividad y/o tus relaciones sexuales no son las deseadas.
Eres extranjero y no has encontrado tu sitio en esta sociedad.
Sientes que tu familia se ha convertido en un lugar de conflicto, sin normas , donde ni los padres ni los hijos entienden que sucede.
Tu malestar deriva de tu entorno laboral.
Necesitas que alguien te acompañe en un proceso de crecimiento personal.
Necesitas mejorar tus habilidades sociales.
Estás viviendo una relación basada en la dependencia emocional.
Tienes trastornos alimentarios.
La ansiedad te impide llevar una vida serena y satisfactoria.
Estás pasando por un periodo de depresión.
Eres padre o madre y no sabes cómo enfocar la relación con tus hijos (Terapia familiar), necesitas una ayuda para educarles poniendo límites (Escuela de Padres) o no consigues disfrutar de tu bebé (Depresión Postparto).
Necesitas un asesoramiento en tema de Psicología Juridica.
Necesitas sesiones de Estimulación Cognitiva.
En general, si estás sufriendo, pero también si te cuestionas sin encontrar una respuesta o si deseas mejorar o cambiar algún aspecto importante de ti.


jueves, 10 de mayo de 2012

¿Qué pasa cuando tenemos ansiedad?


La ansiedad es sobre todo un fenómeno emocional complejo y multidimensional. Complejo porque presupone la activación de variables simultaneas y multidimensional porque se establecen conexiones entre varias clases de respuestas individuales.
 Hay 4 tipologías de respuestas:
  • subjetivas (lo que el sujeto explica en las sesiones de psicoterapia, en los cuestionarios, etc.)
  • cognitivas (se refieren a nuestros pensamientos)
  • fisiológicas (los síntomas de los que mucho se ha hablado:taquicardia, sudoración, palpitación, hiperventilación, mareos etc.
  • comportamentales (lo que hacemos, nuestras reacciones y comportamientos).

Todas esas respuestas, si se activan conjuntamente, provocan unos cambios a nivel de nuestra esfera emocional capaces de activar una especie de estado de tensión. En estas circunstancias nos sentimos en un continuo y potencial estado de peligroEs como si la persona que experimenta un estado de ansiedad estuviera activada por una especie de sistema de alarma  hipersensible. Este mecanismo a menudo acaba generando un círculo vicioso:
ANSIA ---> ESTIMULOS INTERNOS ---> MIEDO AL ANSIA ---> ANSIA (ANTICIPATORIA)
Una respuesta cognitiva inapropiada por lo tanto genera una respuesta comportamental que resulta inapropiada, afectando a la esfera emocional de la persona de manera importante.
Cuando el sujeto experimenta ansiedad tiene pensamientos negativos, equivocados, extraños, anómalos.
Cuando sentimos ansia tenemos la tendencia a pensar en términos catastróficos, elaboramos de manera distorsionada las informaciones, perdemos la capacidad de evaluar en modo prospectico, pensamos en términos sì-no y anticipamos peligros… incluso el peligro de sentir ansiedad.
El ansia es por lo tanto una respuesta  inapropiada basada en una valoración del grado de peligro, con una expectativa de pérdida del  propio dominio personal.