viernes, 24 de octubre de 2014

DEPRESIÓN POR RUPTURA AMOROSA




Ah l'amour! Las desilusiones de amor son algunos de los principales factores desencadenantes de la depresión y los estados de ansiedad. Las rupturas amorosas crean un profundo estado de tristeza y amargura, desesperación. Terminamos en un túnel sin salida.

Cualquier forma de abandono implica un sufrimiento psicológico profundo y los hay de diferentes formas y grados:

Forma leve. Es un tipo de depresión amorosa que se debe a un cambio en la relación, o ruptura definitiva. Dura poco tiempo, el pico de sufrimiento se concentra en los días inmediatamente posteriores al abandono, que se manifiesta con un profundo sentimiento de decepción y tristeza que se desvanece dentro de unas semanas, para dar paso a nuevas experiencias;

Forma grave. El abandono es a menudo no deseado por cualquiera de las partes y se sufre a veces por razones de fuerza mayor (la distancia, un cambio repentino, amor no es correspondido, el desgaste de la relación). La persona que todavía ama a su pareja, lucha para asumir un estado repentino de soledad, pérdida de apoyo y cierto ritmo de vida o hábitos. La ruptura crea un fuerte estado depresivo en el que espera que el otro vuelva.
Forma traumática. Se vive la pérdida del amor de una manera muy profunda, que se caracteriza por estados de ánimo de desprecio e ira contra la ex-pareja.  La causa de estas reacciones es a menudo la infidelidad por parte de la otra persona. El odio y el resentimiento son otros componentes de una reacción traumática al abandono. Este efecto persiste en el tiempo y fluye fácilmente en la depresión y la ansiedad con la pérdida total de confianza en los demás. Para esto se asocia con el miedo al amor, se siente traicionado y engañado constantemente, perdido, falta de apetito y de insomnio.

Para superar este trauma hay que empezar a  reaccionar y ser consciente de sí mismo. Independientemente del grado de decepción, el proceso se lleva a cabo a través de tres etapas:

1) La etapa emocional de aceptación de lo que ha sucedido. Más grave es el trauma es más difícil aceptar la pérdida. En esta etapa es normal ver todo negro.

2) La fase de reflexión en el que racionalizar y aceptar el abandono. Empiezas a ver a otras personas, te enfrentas a nuevas relaciones de amistad,  que ayudan a restaurar la confianza y calmar el rencor. Si la decepción fue traumática, recuperas la serenidad solo para llenar el vacío a través de pequeños mimos interior y auto-cuidado.

3) La fase de reapertura en el que estás libre de todo pensamiento negativo y vuelves a estar listo y más fuerte para embarcarte en una nueva relación. Mientras persisten los pensamientos negativos, lo mejor es seguir buscando la felicidad y la serenidad interior solo.

Durante estas fases, es bueno ponerse al día con viejos hábitos y placeres como viajar, pasar las tardes con los amigos, cambiar de mirada, no pensar en el pasado, ni caer en pensamientos negativos. Escribir un diario o confiar en alguien - de preferencia familiar - ayuda a salir antes del tunel, y cambiar los hábitos dándote nuevas pautas para tu vida cotidiana y organizar tu día con muchas cosas que hacer.
 Si ves que con tus recursos no puedes salir de esta depresión, es bueno que acudas a un profesional.

miércoles, 1 de octubre de 2014

La crisis de los 30-40



Tener o no tener hijos? Seguir en el mismo trabajo o dar el paso hacia lo desconocido? Echar raíces o buscar la aventura? 
Cada vez más gente entra en crisis entre los 30 y los 40 años y buscan una ayuda en la terapia para replantarse su vida. 
Te atreves?