viernes, 9 de noviembre de 2012

TRASTORNO POR ESTRÉS POST-TRAUMÁTICO



Desde APP queremos expresar nuestro pésame a las familias de las cuatro jóvenes fallecidas en trágica fiesta de Halloween el 1 de Noviembre en Madrid y transmitir nuestro afecto a los heridos y supervivientes que durante la avalancha humana vivieron una experiencia altamente traumática. 


Por ese motivo, hemos decidido escribir este artículo en el hacemos una pequeña aproximación al trastorno por estrés post-raumático y en el que los supervivientes de catástrofes, accidentes o agresiones pueden sentirse identificados.



El estrés post-traumático es un conjunto de síntomas derivados de la vivencia (directa o testimonial) de una situación en la que el sujeto ha sido agredido físicamente o ha visto en peligro su vida o la de otra persona. Durante la vivencia de experiencias traumáticas se experimenta miedo intenso, horror o/y indefensión y como consecuencia puede desarrollarse este trastorno.

El trastorno por estrés post traumático se caracteriza por los siguientes síntomas:

  1. La experiencia traumática es revivida intensa y frecuentemente por el sujeto en forma de recuerdos, imágenes y pesadillas involuntarias. El superviviente recuerda en contra de su voluntad todo tipo de detalles; olores, sensaciones corporales, colores, etc. 
  2. El superviviente tiende a evitar lugares o actividades asociados a la experiencia traumática, así como hablar acerca de lo sucedido. 
  3. El sujeto presenta dificultades de concentración, irritabilidad, alteración de sueño, sensación de descontrol respecto a su futuro, sentimientos de tristeza, culpa, miedo intenso, percepción de un mundo altamente peligroso y reacciones de ansiedad ante determinados estímulos.


La duración mínima de los síntomas anteriormente descritos debe ser de un mes. En función de la duración de estos síntomas se diferencian tres subtipos; Agudo, crónico y de inicio moderado. 
En la mayoría de los casos los síntomas aparecen durante los tres primeros meses tras la experiencia traumática, sin embargo entre el 30% - 50% de los casos presentan un inicio tardío, pudiendo pasar años hasta que el trastorno se manifieste. 

Las personas que han experimentado un trauma tienen más posibilidades de sufrir depresión y ataques de pánico al exponerse a situaciones que el sujeto pueda relacionar con la experiencia traumática.  

Los estudios científicos acerca del desarrollo y mantenimiento del trastorno por estrés postraumático identifican como elemento de protección de las victimas la existencia de una la red de apoyo familiar-social fuerte y mantenida en el tiempo y los rasgo de personalidad propios (Echeburúa, E 2005). El acompañamiento de la familia y amigos se convierte en algo esencial, así como los recursos personales de las victimas para afrontar situaciones adversas. 
Son especialmente vulnerables los niños, los adolescentes y los ancianos. 

A continuación describimos algunas recomendaciones para el acompañamiento emocional en las primeras fases de una persona que ha sufrido una experiencia traumática:
  • Proporcionar información sobre lo sucedido a demanda. No proporcionar detalles escabrosos y limitar la exposición de imágenes o escenarios relacionados con el trauma.
  • Facilitar el acceso a ceremonias y rituales de duelo que se desarrollen sobre la tragedia. 
  • Facilitar el acceso a los profesionales de la Salud Mental.
  • Facilitar el llanto y un espacio intimo para la expresión de las emociones (sin atosigar, respetando los tiempos de cada persona).
  • Ayudar a identificar los síntomas psico-emocionales derivados de la vivencia traumática.
  • Empatizar y escuchar activamente al superviviente.
  • Evitar el aislamiento de forma respetuosa, ofrecer apoyo incondicional y mantenerlo en el tiempo.
  • No actuar como si nada hubiera sucedido, pero facilitar en la medida de lo posible  la vuelta a la rutina diaria. 


Desde de la psicología existen tratamientos específicos para abordar el trastorno por estrés post traumático.

Algunos de los que han demostrado su eficacia son:
  • EMDR: Se trata de un método psicoterapéutico desarrollado para reducir la sintomatologia derivada de situaciones traumáticas. (Más información en: http://www.emdr-es.org)
  • Psicoeducación: Entender por parte del superviviente los mecanismos y los síntomas derivados de una experiencia traumática.
  • Técnicas cognitivo-conductuales: entre ellas el entrenamiento en relajación, la exposición controlada a las situaciones temidas y evitadas, abordaje de la culpabilidad, de los pensamientos catastróficos, de la vivencia de indefensión y descontrol emocional, etc. 
  • Grupos de apoyo mutuo: El trabajo en escenario de grupo, disminuye la vivencia de soledad y facilita la interacción social. Siendo un tratamiento complementario muy recomendable. 



Finalmente despedirnos con un fuerte abrazo a todos aquellos que han sufrido experiencias traumáticas y recordarles que es posible pasar de víctima a superviviente.

El Equipo de APP

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