miércoles, 26 de marzo de 2014

LAS 12 CARACTERISTICAS DE UNA PERSONA EMOCIONALMENTE INTELIGENTE

Para poder desenvolvernos con éxito en la sociedad actual no es suficiente con un elevado cociente intelectual, el éxito en la vida ya no depende exclusivamente de los conocimientos intelectuales. Es necesario tener otras habilidades que también se pueden aprender.

La inteligencia emocional recoge todos aquellos contenidos pertenecientes al mundo de las emociones y de los sentimientos, distintos a los cognoscitivos, que permiten al ser humano desarrollarse como persona e integrarse satisfactoriamente en la sociedad en que vivimos.

Pero, ¿cuáles serían las características de una persona emocionalmente inteligente? :


1. Actitud positiva: resalta los puntos positivos sobre los negativos; da más importancia a los aciertos que a los fallos, tienen más valor las aptitudes positivas que las carencias, es más importante el trabajo realizado que el resultado obtenido.
2. Es capaz de reconocer sus propias emociones y sentimientos.
3. Puede verbalizar sus emociones y sentimientos. Tanto los considerados positivos como los considerados negativos necesitan ser encauzados y dirigidos de alguna forma para poder expresarlos. La persona emocionalmente inteligente reconoce el medio más adecuado y el momento propicio.
4. Sabe manejar sus sentimientos y emociones: es capaz de lograr el equilibrio entre la exteriorización de las emociones y el dominio de las mismas. Sabe ser paciente y puede aceptar la frustración, siendo capaz de retrasar las recompensas.
5. Es empática: puede ponerse sin dificultad en la piel del otro, percibe las emociones y sentimientos de los demás aunque no estén expresadas verbalmente sino mediante una comunicación no verbal.
6. Tiene la capacidad de adoptar las decisiones correctas: la forma en que se lleva a cabo la toma de decisiones conjuga aspectos tanto emocionales como racionales. Los aspectos emocionales dificultan en muchas ocasiones el poder tomar la decisión idónea. Es fundamental ser consciente de los aspectos emocionales presentes en cada toma de decisiones, para que éstas sean las adecuadas.
7. Está motivada, ilusionada y tiene interés por todo aquello que hace: todo lo contrario a la apatía, a la indiferencia, al tedio y a la desidia. Se motiva e ilusiona cuando tiene delante un buen proyecto y es capaz de interesarse y preocuparse por todo aquello que le rodea.
8. Adecuado nivel de autoestima: sentimientos positivos hacia sí misma y seguridad en su capacidad para afrontar los nuevos desafíos que le proponga el destino.
9. Sabe dar y recibir.
10. Presenta unos valores positivos que dan sentido a su vida.
11. Puede afrontar con seguridad y es capaz de vencer a las adversidades y frustraciones con que se encuentre en su camino aunque hayan sido negativas.
12. Tiene la capacidad de complementar polos opuestos: lo cognitivo y lo emocional, la soledad y la compañía, la tolerancia y la exigencia, los derechos y los deberes.
Tal y como decía al principio, estas habilidades se pueden entrenar, ejercitar y mejorar, pero la inteligencia emocional no mejora de la noche a la mañana. Desarrollar nuestra inteligencia emocional es, de hecho, un viaje que dura toda la vida.

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